María Dolores Akara Abeso Ansue, estudiante de Ciencias Sociales y Desarrollo en la Universidad Católica de África Central, comparte cómo es su vida como estudiante en Yaounde, lejos de casa y sin apoyo financiero estatal.
Muchos estudiantes ecuatoguineanos se ilusionan con cursar estudios en el extranjero ya sea en las universidades como en las escuelas especializadas. La realidad de estudiar en el extranjero suele ser más favorable para los becarios, ya que el Estado cubre el coste de sus estudios y algunas de sus necesidades básicas.
En este texto, les compartimos el testimonio de María Dolores Akara Abeso Ansue, una joven ecuatoguineana de 23 años, que cursa el segundo año de la licenciatura en Ciencias Sociales y Desarrollo en la Universidad Católica de África Central (UCAC/CATHO), en Yaoundé, Camerún. Reside en el barrio Nkolbison desde hace años, donde ha enfrentado numerosos retos como estudiante extranjera sin beca.
Al llegar, adaptarse al entorno fue un desafío. María Dolores tuvo que apoyarse en otros compatriotas y entablar relaciones con sus compañeros para integrarse. El sistema universitario camerunés, que calificó como exigente y tenso, también le supuso un proceso de adaptación que duró varios meses.

Uno de los principales obstáculos ha sido el elevado costo de vida y el idioma. “Mi dificultad mayor fue el transporte. Aquí es muy caro, no es como en Guinea Ecuatorial, donde puede costar 500 francos según la distancia, ir al mercado me cuesta 2000 francos ida y vuelta. La comida también es muy cara: si quieres comer bien, debes gastar unos 5000 francos”, explicó.
Durante los exámenes del primer semestre temió no superar varias materias, pero con esfuerzo y el respaldo de sus compañeros logró salir adelante. Agradece especialmente la solidaridad de la comunidad ecuatoguineana en Camerún: “La verdad es que me recibieron bien. Los guineanos aquí en el extranjero somos muy solidarios, ellos me ayudaron mucho con orientación y consejos útiles. Sin su guía, habría repetido el curso”, recalcó Akara.
En lo económico, María Dolores se sostiene gracias al apoyo de su madre y a pequeños negocios que realiza en Camerún, como la venta de ropa y productos de Guinea Ecuatorial. Pese a las dificultades, muestra determinación y resiliencia en su camino académico.
Finalmente, ha aconsejado a otros jóvenes que deseen estudiar fuera a prepararse mentalmente y no dejarse influenciar por opiniones negativas: “Hay que tener claros los objetivos y mantener la humildad para superar los desafíos y alcanzar el éxito académico”.