Ayer se presentó de manera oficial. Es una propuesta metodológica para que el fang se escriba con dignidad, desde dentro, sin necesidad de usar alfabetos prestados.
La Biblioteca Nacional ha sido recientemente el escenario de un evento que ya muchos describen como histórico: la presentación del libro Bikangá (En español «Letras» ), obra del escritor Engonga Micha Oyana. Un texto que no solo busca escribir el idioma Fang, sino también reescribir su historia, reimaginar su espiritualidad y revitalizar su cosmovisión desde dentro, con sus propios signos, símbolos y pulsos.
Este libro propone un alfabeto original para una de las lenguas más extendidas del África Central y, aún más ambiciosamente, una nueva forma de leer el universo desde los ojos de la tradición fang.
La obra fue presentada por el propio autor, quien definió su creación como “una propuesta metodológica para que el fang se escriba con dignidad, desde dentro, sin necesidad de usar alfabetos prestados”. Lejos de ser un manual técnico, Bikangá es un puente simbólico entre generaciones, donde cada signo representa no solo un sonido, sino un concepto, una raíz espiritual, un eco colectivo.

Engonga Micha Oyana, sereno pero firme, recordó que “Bikangá no es una obra perfecta, sino importante. Su perfección dependerá de lo que hagamos con ella”. Con estas palabras, hizo un llamado a los hablantes, a los maestros y a los dirigentes para adoptar, adaptar y alimentar la propuesta.
El Estado como aliado cultural
En representación del Director General de Centros Culturales, Bibliotecas e Imagen, Miguel Mba Obono, tomó la palabra Jorge Abeso Ndong Nneme, Director Interino de la Biblioteca Nacional. En su intervención, celebró el carácter pionero de Bikangá, destacando que se trata del primer proyecto respaldado por la nueva iniciativa gubernamental de apoyo a las letras nacionales.
“Bikangá recupera la sabiduría ancestral fang y la traduce a un sistema gráfico original. Pero, sobre todo, visibiliza nuestra cosmovisión, nuestras relaciones cósmicas, los valores comunitarios que han sostenido a nuestras sociedades durante siglos”, expresó Ndong Nneme.
No fue solo un gesto de apoyo simbólico. La Dirección General desempeñó un rol activo en el proceso editorial: creó un comité técnico con especialistas de la Biblioteca Nacional y del Centro Cultural Ecuatoguineano, gestionó la alianza con la editorial Elat Moyong Ediciones y acompañó al autor en cada etapa del desarrollo del manuscrito.
Un libro, una exposición, una comunidad
La presentación no fue un acto aislado: vino acompañada por una exposición de obras pictóricas inspiradas en la simbología del libro.
Las pinturas colgadas en los muros de la biblioteca ofrecían una traducción visual del alfabeto propuesto, generando un diálogo entre palabra e imagen, entre lengua y arte.
El periodista Cayetano Nchuchuma, representante técnico de Elat Moyong Ediciones, presentó los servicios editoriales que hicieron posible el nacimiento del libro: desde la edición y maquetación hasta la promoción y distribución nacional e internacional. “Transformamos ideas en libros memorables”, declaró con convicción.
Una audiencia diversa y simbólica
Entre el público asistente, destacaban figuras clave del panorama cultural y académico de Guinea Ecuatorial. Uno de los momentos más simbólicos de la velada fue la presencia del vicepresidente de la Academia Ecuatoguineana de la Lengua (AEGLE), el académico Julián-Bibang Bibang Oyee, quien no solo asistió al evento con evidente interés, sino que también adquirió un ejemplar del libro.
Los asistentes, emocionados, agotaron todos los ejemplares disponibles esa misma tarde. Las firmas, los abrazos, los comentarios y las fotografías eran gestos de celebración y expresiones de pertenencia. Muchos hablaron de Bikangá como “una obra única que nos identifica”, “un hito cultural” y “un acto de justicia lingüística”.
Y aunque no todos entienden aún cada símbolo o cada fonema del nuevo alfabeto, todos comprendieron el mensaje central: los pueblos tienen derecho a escribirse a sí mismos. Bikangá es una apuesta contra el olvido, contra la homogeneización y contra la marginación de las lenguas africanas. En palabras del propio autor, “no venimos a excluir otras lenguas, sino a recordar que también la nuestra merece un lugar en el libro de la humanidad”.
Con la presentación de Bikangá, Guinea Ecuatorial no solo suma una obra literaria a su catálogo nacional, sino que proyecta al mundo una propuesta estética, política y espiritual. Una lengua que ya no solo se pronuncia: ahora también se ve, se escribe y se guarda en páginas que laten.
Y desde esa sala en Malabo, con los aplausos aún flotando en el aire, algo quedó claro: el Fang no es solo una lengua hablada.
Fuente: RREG