El Ministerio busca “frenar los abusos económicos” que venían afectando a las familias por las ceremonias de fin de curso.
El Ministerio de Educación de Guinea Ecuatorial ha emitido una nueva orden ministerial que cambia por completo la forma en la que se celebran las graduaciones escolares. A partir de ahora, se prohíben estas ceremonias en los centros públicos y, en el caso de los colegios privados, se pone un límite de 5.000 francos CFA para los trajes de graduación. La medida busca proteger a las familias de gastos excesivos e innecesarios.
La orden responde a una realidad que ya era evidente: las graduaciones se habían convertido en un negocio. En niveles como Preescolar, Primaria o Secundaria, muchos centros estaban cobrando sumas elevadas por actos que deberían ser simbólicos y accesibles. Según el Ministerio, esto estaba afectando especialmente a las familias con menos recursos.
A partir de ahora, los certificados de fin de curso solo los podrá entregar el Ministerio, en papel timbrado oficial. Esto significa que los directores ya no podrán firmar ni entregar documentos por su cuenta, una medida que busca garantizar la legalidad y transparencia de los títulos académicos.
En los colegios privados, aunque se permiten las graduaciones, tendrán que hacerse con límites claros. Nada de trajes caros ni eventos costosos. Además, en todos los centros, los actos de fin de curso deben centrarse en la entrega de notas, reconocimientos y actividades culturales, sin que eso implique cobros extras.
El Ministerio ha sido claro: si algún centro no respeta esta nueva norma, habrá consecuencias. Las sanciones van desde advertencias hasta el cierre temporal del colegio, y en el caso de funcionarios públicos, se puede llegar incluso a suspensiones de sueldo o despidos. La intención es que la educación siga siendo un derecho, no un negocio.