Tengo 27 años. Soy profesor y periodista, al menos eso pienso. Sé que algo se ha filtrado sobre las graduaciones en los centros educativos. Supuestamente se busca evitar gastos excesivos. Todavía no es oficial. Me falta leerla en firme. Pero sí desapruebo totalmente esta graduación pasiva que, sin debate alguno en el parlamento, se estaría empezando ejecutar en silencio. Llevo años viendo cómo los alumnos llegan al final de cada ciclo con lágrimas, esfuerzo, con gratitud, con esperanza. También con toga alquilada, camiseta conmemorativa, “popo” o baile improvisado. Algunos gastan más, otros menos, pero todos participan. Y todos, sin excepción, […]